Los que estudiamos o hemos estudiado música clásica toda la vida solemos entrar en pánico cuando nos quitan la partitura. Con afortunadas excepciones la mayoría de nosotros no ha recibido una formación de improvisación.
Por suerte actualmente en los currículos de educación aparece la improvisación y la composición des del primer curso, así que los profesores de instrumento tenemos que pensar cómo desarrollar y potenciar éstas capacidades.
Os cuento a continuación algunas formas que he encontrado yo para hacerlo y que me han funcionado con alumnos de diferentes edades.
Para improvisar, uso mucho la escala del Blues en una tonalidad fácil de tocar cómo en Re o Mi (la escala de blues en do es más difícil). A través de ella les enseño a improvisar, y con ello a escuchar lo que tocan y pensar que van a decir y cómo van a organizarlo en frases musicales. Una vez tienen clara ésta escala para improvisar, també se puede usar para componer. A la vez, se les acompaña con una sencilla rueda de blues.
Sobre todo con los pequeños, es muy importantes ayudarles pidiendo que elijan un título o un tema sobre el que quieren que vaya la canción para que se inspiren. Luego ayudarles a pensar quien es el que habla en la canción, qué personaje, y por último ir pensando la letra de la canción y a partir de ésta ir poniendo música.
Cuándo tengo grupos de alumnos (2 o 3 niños al piano), pido que cada uno elabore una propuesta musical alrededor de una frase de la letra, y luego que entre todos voten cuál es la que más les gusta.
Así como la escala del Blues que es muy socorrida, también se pueden usar las teclas negras (pentatónica), fantástica para inventar canciones o recientemente la escala “árabe o del desierto” como les digo a los niños, con FA y DO sostenidos y a la vez SI y MI bemoles, etc.
Al final cualquier tipo de escala sirve tanto para improvisar como para componer, lo más importante es dar herramientas a los niños, y ayudarlos a tomar decisiones, porqué si no los acompañas en el camino a menudo se pierden, e incluso se pueden pelear al defender su propuesta. Así que hay que tener en cuenta el gran abanico de enseñanzas y valores transversales que se trabajan con la improvisación y composición.